El
diccionario de la Real Academia Española define a la xenofobia como fobia a los
extranjeros. Y a la fobia, como aversión exagerada a alguien o a algo, o como temor
angustioso e incontrolable ante ciertos actos, ideas, objetos o situaciones,
que se sabe absurdo y se aproxima a la obsesión.
De ningún
modo, nuestro boicot contra el exceso de cine gringo es un acto de xenofobia. Por
el contrario, rechazamos la xenofobia del presidente Trump al imponernos su
muro y, no por ello, nos contradecimos al promover el boicot. ¿Por qué?
Porque el
boicot no propugna por una aversión irracional a lo extranjero, y mucho menos
por el odio a las personas extranjeras. Pero ello no significa que apoyamos
todo acto que realice cualquier persona o nación, sea de donde sea.
El boicot
no es contra los gringos por el solo hecho de serlo. ¡No! Es contra las
prácticas económicas y culturales que su gobierno y, en este caso el sector más
fuerte de su industria cinematográfica, nos imponen en forma invasiva, avasallante,
sin respetar nuestras leyes y mucho menos nuestros valores y costumbres,
avasallándonos mediante su poderío económico capaz de someter, mediante la
corrupción, a nuestras autoridades y a un sector de la iniciativa privada que
sólo atiende sus intereses personales y no el bien común.
De modo
que seguiremos elevando la voz por un:
NO A LA
XENOFOBIA.
SÍ AL
BOICOT CONTRA EL EXCESO DE CINE GRINGO.
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